Nunca, nunca me olvides, porque más que olvidarme... olvidaré que existo. Hoy pequeño, día de tu santo, te digo que te amo… y aunque te cueste decir esas palabras yo sé que sientes lo mismo, me da mucha risa cuando te llamo y te digo: te quiero…como que no sabes que decir, es incomodo ¿verdad? Pero aprendí que si no te lo digo ahora… pensaras que no lo siento y no tengo mi vida comprada, aunque yo compre la tuya. Si no te digo que te extraño pensaras que soy feliz sin ti… y si no te digo que te espero, pensaras que no quiero que estés a mi lado. Yo si me acorde de ti hoy, durante todo el día, ¿recuerdas que te lo dije?… seré tu pesadilla, hasta el día que te mueras… porque nos quedaremos solos en algún momento… estaremos solo tu y yo en el mundo, seremos sólo dos y tendrás que ser mi apoyo…tendré que ser tu hombro y tu mi oído, tendré que estar presente en tus momentos importantes y tú en el nacimiento y crecimiento de mi vida… tendrás que ser mi profesor y muchas veces yo tu mamá. 
Pero por el momento se sólo mi hermano mayor… él que me reta y me hace rabiar, él que muchas veces es brusco en su actuar. Yo seré tu hermana chica, esa pendeja que tantas veces te molesta o que te acompaña en esas tardes de películas o de aburridos juegos de computador.
Pero nunca, nunca…(porque en esta ocasión vale el “nunca” y más si lo repito tres veces)… nunca te olvides de mi.
Pero por el momento se sólo mi hermano mayor… él que me reta y me hace rabiar, él que muchas veces es brusco en su actuar. Yo seré tu hermana chica, esa pendeja que tantas veces te molesta o que te acompaña en esas tardes de películas o de aburridos juegos de computador.
Pero nunca, nunca…(porque en esta ocasión vale el “nunca” y más si lo repito tres veces)… nunca te olvides de mi.
