martes, febrero 03, 2009
posted by *vane* at 12:15 a. m.

¿Cómo decirle a una madre, que ya no tiene 15 años? ¿Cuál sería, en este caso, mi labor? Juega a ser una niña, a vivir todo lo que por nuestra culpa no pudo descubrir. No la culpo, no alcanzo a madurar. No quiero dañarla, porque en tiempos pasados ya nos dañamos. Fueron esas peleas a gritos donde irremediablemente terminas llorando. Nos dañamos en lo más profundo. Dejamos de ser madre e hija, a instantes, para luego solo ser dos personas que coincidan en un mismo lugar.
Hoy, fue como volver a esos instantes, me asuste porque no quiero vivir lo mismo. Entonces, ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo hago para que ella entienda que la que tiene 22 años soy yo? No niego que ella se salto etapas, por un embarazo temprano, pero no tengo que sufrir las consecuencias de aquello. No tengo que controlar su vida, porque no es mía, pero no debería afectar nuestra relación, sus actos. Sus acciones deben ser disfrutadas o sufridas por ella y solo compartirlas si necesita consuelo o alguien que la escuche, pero no para dañar, afectar o perjudicar nuestra relación.
Algunas veces siento que hablo sola, hablar con mi mamá es como mirar una pared o esperar respuesta de alguien que ni si quiera aprende a hablar. Es raro, es la madre más juvenil y buena onda que conozco, es lejos una amiga antes que una madre… pero claramente, siempre será madre antes que amiga.
Con mi hermano muchas veces lo hemos discutido, le hablas y hace como que escucha pero en realidad nada le queda. Siempre pendiente de sus asuntos. Nos tendría que escuchar, consolar, aconsejar… pero no hace más que hablar de cosas sin importancia, sin ver que podemos estar tristes o callados.
Siempre me he destacado, según los demás, en saber escuchar y tener la palabra precisa… pero uno necesita que algunas veces las cosas sean al revés. También tengo problemas, así como los tiene mi hermano, y necesitamos una mano amiga, una guía que antes vivió lo que nosotros comenzamos a sentir, alguien que al menos al llegar a casa, nos escuche.
A lo mejor soy egoísta al hablar así de ella, pero no se de que otra forma desahogarme. Estoy atada de manos y palabras, ya que la amo… y no veo la vida sin ella, pero no puedo dejar escapar las cosas que me han molestado. Su insistencia en temas que no tienen remedio, la obsesión respecto al amor, los malos caminos que toma, los amores no correspondidos que me hacen perder el tiempo a mi… si, a mi!!... porque la veo sufrir, después de decirle muchas veces que no tiene ni pies ni cabeza… algo que ni si quiera podemos llamar relación. Tener que soportar sus mentiras, cuando conozco la verdad… me hace sentir miserable… al querer relacionarme con ella.
Algunas veces pienso que soy la madre y ella la hija que aprende, aprende de la vida y sus errores.
No debo sentirme así, no quiero hacerlo…
No quiero criar a nadie… sólo tengo 22 años y quiero vivir… ella me da las alas… me ofrece todo…
Pero como en toda relación, uno siempre pide más…
Y esta vez, fui yo…